Por Sor Marta González Cambronero, osb
Monasterio de Santa Cruz de Sahagún
En el Monasterio Santa Cruz de las Monjas Benedictinas de Sahagún (León) han sido unos días de profunda tranquilidad, emoción y agradecimiento; especialmente para mí porque el 20 de mayo se celebró en nuestra iglesia mi profesión solemne, mi consagración definitiva y total al Señor.
Ha brotado el sentimiento de tranquilidad porque «sé de quién me he fiado», porque llevo preparando, formándome y creciendo para este momento nueve años y porque el Señor nunca falla; gracias a que El nunca falla he podido elegir de lema «Me casaré contigo en matrimonio perpetuo» superando el vértigo que da a una pequeña criatura finita y frágil prometer perpetuidad ante Dios y toda la Iglesia.
Ha inundado los claustros e iglesia la emoción; emoción que yo traté de contener en la celebración para ser capaz de articular las palabras y los cantos que habíamos ensayado tantas veces pero que ahora tenían otra fuerza; una emoción que me hizo necesitar ayuda para cantar «quiero ser solamente tuya, oh Cristo, Esposo a ti vengo con mi lámpara encendida» ya que me pedía expresar lo que nos había reunido en ese momento y la raíz de mi propia emoción.
El agradecimiento reinaba después de la celebración; agradecimiento mío al Señor por elegirme y dejarme ser su esposa; todavía lo estoy asimilando, todavía me estoy acostumbrando a llevar el anillo en el dedo y todavía miro con sorpresa mi propio reflejo, el reflejo de una monja con velo negro a la que no había visto antes.
En segundo lugar, agradecimiento de mi comunidad, familia y amigos por esta nueva consagración para la Iglesia y por haber podido participar en ella. Ellos también han participado de esta tranquilidad, emoción y agradecimiento.
Unos días más tarde, habiendo llegado cada cual a su casa y habiendo vuelto a la vida ordinaria todo parece igual pero nada es lo mismo porque, sobretodo para mi, ha comenzado una nueva etapa: la de estar desposada con Cristo, consagración que ha quedado grabada en los corazones, en el anillo y en YouTube.
Felicidades Sor Marta, que El Señor te bendiga todos los días de tu vida con tu Comunidad de Sahagún.. Tuve el honor de conocerte hace ya un año en tu gran Monasterio. Fraternal abrazo para ti y la Comunidad..🙏😇💋♥️