VI Encuentro en torno al claustro
Por Juan Ignacio Vázquez, guía oficial de turismo de Toledo
En el VI Encuentro en torno al claustro organizado por la Fundación DeClausura os pude mostrar algunas maravillas de los monasterios y conventos de Toledo en un recorrido online por trece de ellos. (Ver presentación)
La Sábana Santa
Las Comendadoras de Santiago poseen una de las dos reproducciones de la Sábana Santa que hay en Toledo. Tiene 1,80 metros de altura con impresión por los dos lados. Fue tocada por la Sábana Santa de Turín y está documentada ya que el Duque de Saboya dio esta copia al Duque de Alba y a través de la Marquesa del Valle, que fue sobrina de Santa Teresa de Jesús, es entregada a este convento.
2. Santa Beatriz de Silva
El convento de la Concepción Francisca es el primero de la orden de las Concepcionistas, fundado por Santa Beatriz de Silva, y aquí se mantienen sus restos, que habían sido profanados durante la guerra civil y cada 16 de agosto se veneran aquí. Pero también guardan el cofre en el que le había metido la reina Isabel de Portugal y en el que se le apareció la Virgen vestida de azul, para darle consuelo indicándole que sería liberada y encomendándole la fundación de una nueva Orden dedicada a la Inmaculada Concepción.
3. Un obra de Rizi
En el convento de las Agustinas Calzadas de la Purísima Concepción destaca en la iglesia un lienzo de 1680 de Rizi que actúa como retablo principal en el que se representa a San Agustín con el báculo y la mitra, de rodillas ante la Inmaculada, con un fragmento de su tratado acerca de la Naturaleza y de la Gracia, en el que se excluye a María del pecado. También se pinta a los padres de la Virgen, la escala de Jacob por la que suben y bajan ángeles y María representa esa unión entre los hombres y Dios, el arcángel Gabriel con azucenas como símbolo de la pureza de María y la Trinidad.
4. El Cristo de las Aguas
El convento de Santo Domingo el Real guarda en el coro la imagen del Cristo de las Aguas, el que la tradición dice que vino flotando por el Tajo con un cartel que decía que su destino tenía que ser este convento. Durante siglos había presidido la sala en la que estas hermanas hacían penitencia y rezaban el miserere.
5. La Virgen de la O
En el monasterio de las Jerónimas de San Pablo hay dos elementos muy importantes. Uno es una imagen de la Virgen de la O, o de la Expectación al Parto, que guardan en el coro, siendo uno de los muy pocos casos de una Virgen embarazada en la que se le ve el Niño dentro de su vientre.
6. El Cuchillo de Nerón
Y en la iglesia se guarda una reproducción del llamado Cuchillo de Nerón, o la espada con la que habría sido decapitado el apóstol San Pablo. Esa espada habría sido traída a Toledo por el cardenal Gil de Albornoz, quien la trae de Roma como regalo del Papa Urbano V. Estuvo en este monasterio esa espada durante un siglo, hasta la Guerra Civil, cuando se pierde el rastro de ella. Hasta ahora no la han encontrado, pero con los archivos en los que se describe cómo era, se ha podido hacer una reproducción.
7. La hija mayor de los Reyes Católicos
Santa Isabel de los Reyes tiene bajo la solería del coro el sepulcro de la infanta Isabel, hija de los Reyes Católicos, algo que es muy desconocido hasta por los toledanos. Siendo ya reina de Portugal muere su hermano Juan, y como ella era la primera hija volvió a ser Princesa de Asturias y heredera. Ella y su esposo, el rey Manuel de Portugal, son llamados por los Reyes Católicos. En Zaragoza nace su hijo Miguel de la Paz, quien muere a los dos años. Ella murió una hora después de dar a luz. Pero había pedido que fuera traída a Toledo y enterrada aquí como una monja más, con una simple losa sin inscripción alguna.
8. El Niño de San Antonio
El coro de San Antonio de Padua tiene la imagen del titular que procesiona el 13 de junio, y el Niño que ese día le colocan en sus manos. Ese Niño tiene una tradición, ya que se cuenta que un chico se puso enfermo y su madre, que era muy devota de San Antonio, le pidió que lo curara; pero su hijo murió. Entonces el Niño de San Antonio desapareció, y aquella señora vivía con una sobrina a la que dijo que nunca entrara en cierta habitación de la casa. Pero la sobrina entró y se encontró al Niño de San Antonio rodeado de velas, y cuando le preguntaron por qué lo hizo, la señora respondió: “para que San Antonio sepa lo que es estar sin el Niño”.
9. El Greco
El monasterio cisterciense de Santo Domingo el Antiguo creció al construir la iglesia actual en el siglo XVI, y para ornamentarla El Greco vino de Roma con el contrato firmado, que aún se muestra aquí, según el cual va a realizar los retablos de la iglesia del convento. Tres de las pinturas de esos retablos aún son originales; las primeras pinturas de El Greco en España. Y, además, la cripta de la iglesia de este monasterio es el lugar en el que fue enterrado aquel pintor.
10. Dos princesas
El Imperial Monasterio de San Clemente acogió en el siglo XVIII a dos princesas para su formación, María Teresa y Maria Luisa, hijas del infante D. Luis de Borbón, tras su fallecimiento. Maria Teresa, la condesa de Chinchón, retratada por Goya, salió para contraer matrimonio con Godoy, cambiando la paz de este monasterio por la vida en la Corte. Y Maria Luisa salió para acompañar a su hermano don Luis María de Borbón en su traslado como arzobispo de Sevilla a Toledo.
11. El Letradillo de Santa Teresa
En la clausura del convento de las carmelitas de San José, aún mantienen la celda de Santa Teresa. Y bajo la reja que separa la iglesia del coro se conserva el cuerpo incorrupto de la beata María de Jesús, el “letradillo” de Santa Teresa. A los 17 años a pesar de su precario estado de salud entra en este convento; fue priora en varias ocasiones, recibió estigmas, y fue muy cercana a Santa Teresa quien le confió misiones muy importantes en este convento.
Revive el VI Encuentro en torno al claustro
En el VI Encuentro en torno al claustro organizado este miércoles por la Fundación DeClausura os pude mostrar algunas maravillas de los monasterios y conventos de Toledo en un recorrido online por trece de ellos. (Ver presentación)
Por Juan Ignacio Vázquez