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Sor Marta, una monja joven, contemplativa y activa

XIII Encuentro en torno al claustro con Sor Marta, osb

Aquí la grabación del encuentro celebrado el 15 de junio de 2022 con esta joven monja benedictina del Monasterio de la Santa Cruz de Sahagún (León)

Celebramos el último encuentro en torno al claustro del curso en el claustro del Monasterio de la Santa Cruz de Sahagún con Sor Marta González Cambronero, una novicia benedictina de 26 años que nos regala claves para orar basadas en la espiritualidad de San Benito.

En esta conversación con esta joven monja pudimos conocer a una mujer que quiere ser contemplativa en la acción y activa en la contemplación. Considera que los cristianos debemos actuar un poco como Marta y María y comunicar al mundo nuestro amor por el Señor.

Sor Marta comenta que en este fragmento del Evangelio “encontramos retratada la acción y la contemplación en Marta y María. Estas se contraponen. Y no solo eso. Sino que Jesús afirma que María ha elegido la parte mejor pareciéndonos que deja a Marta en mal lugar.”

Estos términos, acción y contemplación, también los usamos para catalogar a los consagrados, vida activa, vida contemplativa, pero, se pregunta Sor Marta,  “¿acaso un salesiano no reza, o una dominica no hace apostolado ni se implica en su entorno? No es así, es imposible y nada beneficioso ser o solo Marta o solo María y tanto los consagrados de vida activa como los de vida contemplativa como los laicos estamos llamados a ser Marta y María a la vez.”

Evangelizar: Contemplativos en la acción

Ella ha decidido hacerlo a través de Internet y sin salir de su clausura monástica. Porque evangelizar desde la clausura es posible hoy. Sor Marta lo demuestra cada día al gestionar sus cuentas en TikTok, Instagram y YouTube. A través de estos canales muestra a miles de seguidores la belleza de su vida contemplativa, dedicada a la oración y al trabajo y habla del Amor de su vida.

Así se expresa Sor Marta, osb

Evangelizar es posible pero para ello necesitamos encontrarnos realmente con Dios. De ahí brota la fuerza y se quitan los miedos al qué dirán. Tenemos el mejor producto y tenemos que tratar de venderlo, no como quien te vende la moto sino realmente querer dar a conocer aquello que da sentido a nuestra vida para que la vida de los otros también tenga sentido.

Realmente, no es fácil que el mensaje de Dios llegue a los corazones de los otros entre tanto ruido, entre tanta indiferencia, entre tanto materialismo, entre tanta superficialidad, entre tantos anti valores…Por eso, precisa la novicia,  “necesitamos testigos más que maestros, dar lo que tenemos, de igual a igual, de una manera cercana, para poder ser un referente para la sociedad, que la mayoría de modelos que ofrece son superficiales”.

Somos testigos del tesoro más antiguo y más nuevo; porque es antiguo está bien fundamentado y porque es nuevo puede adaptarse a los nuevos tiempos. Para transmitir un mensaje auténtico, hay que vivirlo. Por eso tenemos que apostar por vivir una auténtica espiritualidad cristiana, por ser activos en la contemplación. 

Orar: Activos en la contemplación

Salir a llevar la buena noticia implica echar raíces en la oración porque no se puede dar lo que no se tiene. Sor Marta explica que “no podemos repartir agua si antes no hemos ido al pozo del sagrario. Ahora que hemos ido “fuera” vamos a incorporar a la oración, a hacer nuestro lo que hayamos podido coger o el polvo del camino que se nos haya podido pegar a los pies no sin antes dar unas pinceladas sobre la oración”.

Y la oración, explica,  “no es siempre mirar al Sagrario sin decir ni una palabra, solo sintiendo el abrazo de Dios, ni es siempre “¡Qué bien se está aquí, hagamos tres tiendas” como dijo San Pedro en el pasaje de la Transfiguración. La oración no tiene por qué ser siempre una contemplación pura y gozosa sino que a este momento de intimidad con el que sabemos que nos ama también llevamos lo que nos rodea, lo que nos pesa, lo que nos preocupa”.

Las monjas o los laicos que tienen una profunda vida de oración no estamos llamados a vivir en otra galaxia, en un espacio místico, solo con Dios. Sino que la oración debe estar encarnada y no olvidarse de interceder por los hermanos llevando de esta manera la actividad, el mundo, la calle, a la oración convirtiéndonos en activos en la contemplación

En este encuentro, sor Marta nos regaló unas claves para orar mejor basadas en la espiritualidad de San Benito. 

Cómo ayudar al monasterio

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