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San Jerónimo

30 septiembre

San Jerónimo

El 30 de septiembre celebramos la vida de san Jerónimo, «un Padre de la Iglesia que puso la Biblia en el centro de su vida: la tradujo al latín, la comentó en sus obras, y sobre todo se esforzó por vivirla concretamente en su larga existencia terrena, a pesar del conocido carácter difícil y fogoso que le dio la naturaleza». (Benedicto XVI)

San Jerónimo nació en una familia cristiana de Estridón (costa adriática). Estudió en Roma y, pese a ser atraído por la vida mundana, deseó vivir una vida ascética. En Aquiley (al norte de Italia) se integró en un grupo de cristianos fervorosos, definido por él como «un coro de bienaventurados».

Después partió a Oriente donde vivió como eremita en el desierto de Calcis, al sur de Alepo (Siria). La meditación, la soledad, el contacto con la palabra de Dios hicieron madurar su sensibilidad cristiana.

En el 382 se trasladó a Roma para ser el secretario y consejero del Papa san Dámaso quien lo alentó a emprender una mejor traducción latina de la Biblia: la «Vulgata», el texto «oficial» de la Iglesia latina, reconocido como tal en el concilio de Trento y que, después de la reciente revisión, sigue siendo el texto latino «oficial» de la Iglesia.

Algunas personas de la aristocracia romana, sobre todo mujeres nobles que deseaban comprometerse en el camino de la perfección cristiana y profundizar en su conocimiento de la palabra de Dios, lo escogieron como su guía espiritual y maestro en el método de leer los textos sagrados.

Después de la muerte del Papa, en 385 san Jerónimo dejó Roma y emprendió una peregrinación a Tierra Santa, testigo silenciosa de la vida terrena de Cristo, y a Egipto, tierra elegida por muchos monjes.

En el 386 se detuvo en Belén, donde, gracias a la generosidad de una mujer noble, Paula, construyeron un monasterio masculino, uno femenino, y una hospedería para los peregrinos que llegaban a Tierra Santa, «pensando en que María y José no habían encontrado un lugar donde alojarse».

En Belén siguió comentando la palabra de Dios; defendióendola fe; exhortando a la perfección; enseñando cultura clásica y cristiana y acogiendo a peregrinos. Murió en su celda, cerca de la gruta de la Natividad, el 30 de septiembre del 420.

Detalles

Fecha:
30 septiembre
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