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La contemplación, mi fuente de Amor

La contemplación inspira autenticidad y el descanso del alma. Es necesaria para todos.

Por Sonia Barbosa
Patrona de la Fundación DeClausura

Hay veces que se abren caminos inesperados en la vida que resultan ser tesoros quizá añorados desde el mismo momento de nuestro nacimiento.

El camino de la vida contemplativa se abrió de repente delante de mí sin ser una mujer consagrada.

Un camino que a mi parecer es para todo el mundo, un camino que es para ti y que desde la Fundación de Clausura se quiere dar a conocer, simplemente hablando, escribiendo o dejando transmitir la emoción que produce descubrir, estar cerca o convivir con mujeres de vida contemplativa .

Siempre me ha parecido que lo primero que inspira la contemplación es Autenticidad. Cómo no va a ser auténtico contemplar a Dios, al Creador, la naturaleza, el amor, la verdad y la belleza! Y cómo no va a ser necesario para todos los corazones contemplar tales verdades inscritas en nosotros, verdades que son fuente de amor, fuente de relaciones que generan vida .

Maestros de contemplación

España está plagado de monasterios de vida contemplativa, a los que todos podemos acercarnos, silenciosamente, sencillamente, sin alterar ese día a día de esas vidas que viven sólo para ÉL. Sólo con estar allí y consecuencia de esa vida intensa de oración se llenará uno de paz y de silencio… Y después se llenará uno de la voz de Dios.

Cuántas veces he oído en estos monasterios decir :»¡Qué bien se está aquí!» «Parece que el mundo se ha parado: el ir y venir, las prisas, las preocupaciones…» Y es que contemplar también produce ese descanso del alma , tan necesario para todos.

Tenemos todo esto al alcance de nuestra mano. Grandes maestros de oración y de contemplación como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz nos invitan a todos a este camino que es la fuente del Amor de Dios; inigualables en la descripción de la vida del alma que todos necesitamos conocer, identificar, alimentar y amar.

Todo es sencillo; como dice Santa Teresa, todo empieza sólo con el deseo de descubrir esos “ deleites del Cielo “ Lo demás viene rodado: la visita a un monasterio, unas palabras a través de un torno, algunos rostros a través de las rejas de un locutorio, un libro, una oración. Y de repente el camino se vuelve infinito como ese Amor de dónde brota.

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