Nuestra esperanza brota del misterio pascual de Cristo.
Queridos Amigos de Leyre:
La vida cristiana encuentra en la esperanza uno de sus pilares fundamentales, junto con la fe y la caridad. Cuando nos preguntamos qué sentido tiene nuestra existencia aquí y cuál será nuestro destino final, Dios nos responde invitándonos a «poner en Él nuestra esperanza» (Regla de San Benito 4,74).
La esperanza cristiana no se fundamenta en una actitud optimista ante la vida ni se basa en la seguridad que nos aportan los logros humanos, sino que tiene su raíz en la bondad y la omnipotencia de Dios. Nuestra esperanza brota del misterio pascual de Cristo: de su entrega en la cruz por amor, de su resurrección para nuestra salvación y del don de su Espíritu.
Apoyados en Cristo, sabemos que nuestra existencia no está abocada a la nada, sino que queda inmersa en las promesas de Dios: promesas que culminan en la felicidad eterna y que también orientan, ya desde ahora, nuestra realidad terrenal. Como escribió el Papa Benedicto XVI:
Sólo cuando el futuro está asegurado como realidad positiva, se consigue asumir también el presente.
Benedicto XVI (Spe salvi, 2)

Con esperanza se vive diferente
Quien tiene esperanza vive de modo diferente: puede confiar en la Providencia de Dios y abrazar la voluntad de Dios, afrontando las dificultades de la vida con fortaleza y paciencia. Como enseña el Papa Francisco:
La paciencia camina de la mano de la esperanza.
Francisco (Audiencia general, 8 de mayo de 2024)
Quien vive con esperanza tampoco se desalienta por sus pecados ni se desanima por sus deficiencias: siente firmeza en su corazón que «no debe desesperar jamás de la misericordia de Dios» (cf. Regla de San Benito 4,74).
«Ancla del alma, segura y firme» (Hb 6,19) que nos afianza en Cristo, la esperanza serena el espíritu, alegra el corazón y lo impulsa a llevar una vida recta, responsable, laboriosa y comprometida con el bien común de la familia humana, dando así testimonio del Evangelio.
La esperanza es la virtud que tiene un corazón joven.
Francisco (Audiencia general, 8 de mayo de 2024)