Abadía Benedictina fundada en 1.958 con monjes llegados de la abadía de Santo Domingo de Silos (Burgos).
Es un conjunto arquitectónico y escultórico monumental, conocido por su impresionante basílica subterránea y la gran cruz de piedra que la corona. La obra, diseñada por Pedro Muguruza y Diego Méndez, destaca por la fusión de arquitectura religiosa y monumental, y por la incorporación de esculturas de Juan de Ávalos en perfecta armonía con el conjunto.
El Papa Beato Juan XXIII resumió las líneas maestras de la espiritualidad de este monumento en el breve pontificio de 1 960 por el que concedió el título de Basílica Menor a la iglesia de Santa Cruz del Valle de los Caídos.
