Convento de La Limpia Concepción, Lora del Río, Sevilla

Se cree que las obras de este convento debieron de iniciarse en el año 1618 y que su construcción debió de prolongarse durante unos cinco años. Su financiación corrió a cargo de sus fundadores, don Jerónimo de Valencia, su esposa doña María de Liñán Cervantes y la hija de ambos, que tomó el hábito de la orden. También se cree que debió de contribuir económicamente a su construcción doña Catalina Ortiz, que ingresó asimismo en esta comunidad.

La fachada principal del convento se levanta en la citada calle José Montoto y González de la Hoyuela; es muy sobria y se corresponde con el muro de la epístola de su iglesia, que tiene su acceso exterior desde el centro de ella a través de una sencilla portada. A los pies del templo, y sobre el coro alto allí existente, se eleva una dependencia-mirador que presenta al exterior sus paramentos calados estructurados entre pilastras y que se cubre con paños de tejas a cuatro aguas. La puerta de acceso a la iglesia, muy ancha, se presenta enmarcada entre pilastras muy planas, con capiteles de orden toscano, que soportan un entablamento en cuyo friso puede leerse la frase «AVE MARIA». Sobre esta puerta se encuadra, entre molduras rectas, un mural cerámico en el que se representa a la Inmaculada Concepción, advocación bajo la cual se funda el convento. Por fuera de estas molduras, dos nuevas pilastras toscanas se recrecen hasta la altura de la cornisa general, donde voltea un frontón curvo por encima del cual se remonta la cornisa de la fachada general. El convento, que hace esquina en una manzana de casas, cuenta con otra fachada a la calle Alcántara, más sencilla aún que la anterior, en la que destaca su airosa espadaña, de líneas barrocas, acabada en ladrillo visto y cornisas coloreadas, que constituye el único elemento de color de todo el conjunto. Interior En el interior la iglesia presenta un coro alto a los pies, y otro bajo junto al presbiterio, en el lado de la epístola, que conserva hoy todavía su organización inicial: una sala de pequeñas dimensiones que se cubre mediante una bóveda de cañón. Interiormente la nave se cubre mediante una armadura de madera de tipología mudéjar. El ante-presbiterio, en cambio, lo hace a través de una cúpula semiesférica que se apoya sobre pechinas, todo ello decorado con pinturas murales de diseños clásicos y bellos colores. El presbiterio es poco profundo, y tiene la particularidad de que su retablo está todo él pintado sobre la pared, abundando en su composición los tonos terracota y los motivos barroquizantes.