La erección canónica del Convento de la Pasión de San Felices los Gallegos data de 1.508. La fundación se debe a Dña. Beatriz Pacheco natural de Ciudad Rodrigo. Las primitivas religiosas fueron las llamadas Canónigas de San Agustín. En el año 1.825 se trasladó de Ciudad Rodrigo al mismo convento otra comunidad, titulada Agustinas de Santa Cruz, conviviendo juntas las dos comunidades por algún tiempo. El año 1.867 fueron exclaustradas. En 1.874 seis religiosas volvían a establecer la vida en común en la antigua casa y adoptaban las nuevas Constituciones aprobadas por el Ilmo. Sr. Obispo, Fray José, religioso agustino. Posteriormente se denominaron Agustinas Ermitañas y actualmente de la Orden de San Agustín.
La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción se sitúa en pleno casco urbano, junto a una de las puertas de la muralla, extramuros del antiguo recinto medieval. Levantada en sillería de granito y formada por una cabecera poligonal, es uno de los cinco templos que se conservan en la villa. Se compone de tres naves -más ancha la central que las laterales- que llevan incorporadas dos pequeñas capillas. Tiene dos torres, una a los pies y otra en la fachada meridional, mientras que una amplia sacristía se adosa al norte. El edificio fue profundamente reformado en los siglos XVI y XVII, siendo muy modificado a partir del incendio que sufrió en 1887. Se trata de un templo bastante tardío, del siglo XIII, vinculado con el tardorrománico zamorano y con otros edificios salmantinos. De fábrica románica se conserva parte del muro norte -incluyendo una pequeña portada- el frontal occidental, con otra puerta más monumental, y buena parte de la fachada meridional. La portada que aquí se encuentra -y que hoy es la principal- fue renovada por completo hacia el 1500. En el alero original, al igual que en la capilla, existen restos de canecillos. Igualmente, en la nave septentrional de la capilla mayor, se aprecian restos de un arco de medio punto que pudiera ser de la misma fábrica originaria. A juzgar por los restos conservados en el perímetro de la nave, el templo románico debió poseer unas dimensiones muy similares a las actuales.