Construida en 1674 en estilo barroco, la iglesia muestra evidentes similitudes con el convento de la Encarnación de Madrid. Sirvió, junto con sus dependencias anexas, como convento de las Madres Carmelitas Descalzas hasta 1974, cuando las religiosas se trasladaron a un nuevo convento en Boadilla y este edificio quedó abandonado. La decisión de abandonar el convento original se debió a su estado ruinoso y a la falta de recursos para acometer su restauración.
En 1999 la parroquia restauró la Iglesia, funcionando en la actualidad como templo parroquial con sus salas de catequesis y despacho.
El monasterio actual, como todo el edificio, es de gran sencillez de líneas, de ladrillo. En la fachada principal están los escudos de Los Fundadores y sobre la gran puerta del Templo una hornacina.