El convento de dominicas de Santa Ana fue construido en 1540 a instancias de Fray Domingo de Baltanás, dominico, teólogo y escritor.
La portada de la iglesia es de piedra de sillería, con una hornacina donde se representa la figura del Santo Domingo de Guzmán, fundador de la orden dominica. El interior de la iglesia está formado por una sola nave. En el convento despunta un magnífico claustro del s. XVI, con catorce columnas que sostienen parte de las dependencias. Alrededor del patio está el refectorio con un destacable mural de 1584.