Templo renacentista cuya construcción se inició en el siglo XVI para prolongarse hasta el XVIII, tras sufrir los terremotos de 1636 y 1755. Es uno de los más bellos templos de la provincia, contando entre sus artífices con Hernán Ruiz II, el arquitecto mayor de la Catedral Hispalense. Su planta es de cruz griega y la portada principal pertenece ya al barroco, como su Retablo Mayor, integrado por seis grandes lienzos con escenas del Nuevo Testamento de Pablo Legot, autor también de la imagen escultórica de Nuestra Señora de Gracia.
El Convento de Santa María de Gracia destaca por su arquitectura, que refleja los estilos gótico y renacentista propios de la época de su construcción. La fachada principal, con su diseño austero y elegante, presenta elementos típicos del renacimiento español, como el arco de medio punto en la entrada y los adornos en piedra labrada.
El claustro del convento es una de sus joyas arquitectónicas. Este espacio, que sirve como punto de reunión y meditación, está rodeado de una galería de arcos sostenidos por columnas dóricas. Los jardines interiores añaden un toque de serenidad y belleza natural, creando un ambiente propicio para la reflexión y la oración.