El convento de Santa Catalina de Zaragoza, es el cenobio femenino más antiguo de la ciudad. Fue fundado en el año 1234 por Doña Ermisenda de Cellas, tía de la célebre Teresa Gil de Vidaure, esposa de D. Jaime el Conquistador.
Se localizaba, entonces, extramuros de la ciudad, en el lugar que ocupaba la ermita de Santa Catalina y junto al ya existente Monasterio de Santa Engracia. En la actual calle San Miguel.
Primero se acogió bajo la Orden de San Damián, y contó con la protección Real, dada la relación familiar de su fundadora, con la Monarquía. Además contó con otros patronos de importancia, como el arzobispo de Zaragoza, Hernando de Aragón, que contribuiría en la construcción de su fábrica. Disfrutó de las donaciones, privilegios y confirmaciones de diferentes reyes a lo largo de su historia. Durante el S.XVII y, a pesar de avatares históricos, llegó a contar con 120 religiosas.