Estamos vinculadas con otras comunidades benedictinas del norte de España: Navarra (Alzuza y Estella), País Vasco (Oñati) y Aragón (Jaca y Zaragoza). Con ellas somos la Federación Claustral Pirenacia de Monjas Benedictinas.
El edificio se sitúa en la zona prerrománica en la que se encuentra la catedral de Oviedo o San Tirso. El edificio fue remodelado varias veces, encontrándose en sus cimientos restos románicos de un claustro. En 1590, Leonardo de la Cajiga reedificó la iglesia y la primera gran reforma sobreviene en el año 1650 con la construcción de las torres de Melchor Velasco. A finales del siglo xvii se vuelve a reedificar el conjunto con traza de Gregorio Roza, Francisco de la Riva y Gaspar Ladrón de Guevara, reconocidos arquitectos que le dan su aspecto actual al conjunto. La última fase de la reforma del monasterio comenzó en 1703 con la construcción de la Vicaría con su imponente fachada basada en los palacios barrocos, obra de Fray Pedro de Cardeña.