Las Clarisas de Marchena (Sevilla) son una comunidad contemplativa llena de vida. Siguen entrando nuevas vocaciones y por eso necesitan acondicionar las celdas de su convento y revisar partes del tejados que provocan goteras en algunos espacios.
Actualmente la comunidad de Clarisas de Marchena (Sevilla) está formada por 22 hermanas. Su número ha ido creciendo poco a poco en los últimos años. La última en entrar fue la Hermana Marie Albertine, el pasado domingo 1 de junio celebraron su profesión solemne.
Ahora necesitan nuestra ayuda para acondicionar tres celdas y habilitar dos baños en su convento de Santa María de la Purísima Concepción. También necesitan arreglar partes de su tejado para acabar con goteras, pues generan daños internos en la escayola de algunas habitaciones.
Justamente este año, la comunidad de Clarisas de Marchena (Sevilla) celebra los 400 años de historia de su convento, fundado en 1624 gracias a los Duques de Arco. Un convento que desde entonces hasta hoy ha mantenido ininterrumpidamente la vida contemplativa. En los últimos años ha sido posible gracias a hermanas que han llegado de distintos países de África.
Otras formas de ayudar
En Fundación DeClausura te animamos a realizar un donativo. Llegará íntegramente a las Clarisas de Marchara para ayudarlas a cubrir estas necesidades urgentes y te informamos que puedes también contribuir al sostenimiento de esta comunidad de dos maneras:
1. Comprando sus productos de repostería, disponibles en su tienda online (www.clarisas.es). Cuentan con una gran variedad de elaboraciones, más de 30 especialidades como son su dulce de membrillo, yemas de Santa Clara, tejas de almendra, almendras garrapiñadas, pestiños borrachuelos, chulapillas, frutitas de mazapán, etc..
2. Alojándose en su hospedería que permite disfrutar de un patio interior porticado del siglo XVII. Las habitaciones están perfectamente acondicionadas para recibir a personas y grupos, disponiendo de comedor y salón para actividades. Con la sencillez y la espiritualidad franciscana, las Clarisas no cierran sus puertas al mundo, sino que las abren a todos aquellos que busquen el encuentro con Dios en un mundo que a veces pretende huir de sí mismo.