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Devolver la vida al Monasterio de Orduña (Vizcaya)

Monasterio de Santa Clara de Orduña (Vizcaya)

La Fundación DeClausura te pide ayuda para que las Clarisas puedan devolver la vida al Monasterio de Orduña (Vizcaya), cerrado hace 18 años por falta de vocaciones.

En este nuevo y apasionante comienzo cualquier aportación, por pequeña que sea, es grande para la Comunidad pues está todo por hacer. Haz tu donativo aquí y se lo entregaremos íntegramente a las monjas. ¡Gracias por hacer posible un paso en el camino!


Os queremos hacer partícipes de la historia tan bella que estamos viviendo desde que hace año y medio nos trasladamos a vivir al Monasterio de Santa Clara de Orduña. Es un milagro de la Providencia del Señor y queremos compartirlo con vosotros. Para comenzar, queremos dar las gracias a las hermanas que estuvieron viviendo aquí hasta que se trasladaron a Vitoria hace 18 años: ¡Gracias por vuestra vida aquí! ¡Gracias por la herencia que hemos recibido!

De izda. a dcha. sor Israel, sor Paloma, sor Adriana y sor Myryam, hermanas Clarisas ahora instaladas en Orduña.

Nos hemos encontrado con una Ciudad de Orduña que ama a las “monjas de santa Clara”. Y no sólo aquí, sino en los pueblos vecinos. Nos dan mucho, porque han recibido mucho en estos 422 años de presencia de la Orden en este lugar único. Todos nos ayudan según sus posibilidades. Al decir todos, queremos decir todos. Nos han abierto sus casas, sus corazones, y nos han regalado tiempo y esfuerzo.

Las primeras semanas fueron de mudanza, hasta que pudimos acondicionar la casa para vivir en ella.

Traslado de muebles en el Monasterio de Santa Clara de Oruña

No tenemos calefacción pero sí amor, ilusión, entrega, confianza.

El 28 de octubre de 2020, fiesta de san Simón y san Judas Tadeo, nuestro Obispo, D. Juan Carlos, celebró la primera Eucaristía en nuestra nueva casa. No había luz, y el coro bajo, que sirve de capillita era iluminado por tres lámparas que funcionaban gracias a un generador eléctrico. Tampoco tenemos calefacción pero sí amor, ilusión, entrega, confianza.

En el Ofertorio, la Madre entregó a D. Carlos Llata, Vicario de D. Juan Carlos, la bula de la Fundación para la que se pide el traslado. Fue un momento muy emotivo.

En este vídeo Sor Israel os cuenta las necesidades más urgentes de la Comunidad: Reparar el tejado y crear un huerto ecológico 

En febrero terminó la obra del obrador que empezó en septiembre.

Hasta entonces, se habían readaptado algunas estancias del monasterio para llevar a cabo este proyecto que ha sido una sorpresa también para las Hermanas pues nada, más llegar, los vecinos empezaron a solicitarles las pastas y dulces que antes de su partida elaboraban las Clarisas. “¡Habéis vuelto!”, nos decían.

Una hermana empezó tímidamente haciendo pestiños y empanadillas de cabello de ángel. Viendo que salían enseguida, se decidió hacer alguna cosilla más: magdalenas, mostachones, rosquillas… El éxito fue rotundo. Entonces se abrió el discernimiento en la Comunidad que tenía pensada realizar otra actividad para lograr su subsistencia.

Se decidió improvisar un pequeño obrador y para ello se adecuó una sala que reunía las condiciones necesarias. A partir de ahí todo fue seguido.  Corrió el boca a boca y las ventas de los productos se agilizaron. El improvisado obrador, el pequeño horno doméstico, los bandejeros… todo se quedó pequeño en seguida. De ahí la resolución de realizar la obra que inauguramos en febrero.

Jóvenes voluntarios en el monasterio de Oruña

El Señor cada día es generoso con las hermanas. Nos concede ayudas impensables para nosotras. Este verano llegaron a venir hasta 250 jóvenes en distintos grupos parroquiales. Pedían “sitio” en el calendario para poder acercarse y hacer grupos de trabajo para arreglar el Monasterio de Orduña.

Seminaristas, parroquias, institutos, grupos… ¡Cómo se muestra el Señor como Vida, Fuerza, Ayuda… para esta pequeña Comunidad!

Las Hermanas estamos sobrepasadas. Sí, es evidente, pero lo estamos más aún en agradecimiento, viendo cómo Dios mueve corazones generosos.

La mayoría venía con ilusión a lo desconocido y regresa con un conmovedor testimonio:

“Yo quiero volver. Lo que se dice de las monjas y de la Iglesia es mentira. Falsean la imagen y la gente no conoce esto”.

“Creía que venía a trabajar, pero en realidad lo que se cocía era otra cosa mucho más profunda”.

“Parecía que venía a dar, pero me ha hecho un bien increíble. Me llevo mucho”.

“He dado un paso firme para cambiar de vida. He visto que se puede vivir de otra manera”.

Varios grupos ya han repetido su visita, y otros ya están apuntados para el verano que viene. ¡Bendito por siempre el Señor!

Historia del monasterio de Orduña

Nuestro monasterio de Santa Clara se encuentra en la muy Noble y Leal Ciudad de Orduña, enclave vizcaíno en Álava. Sus orígenes se remontan a 1296 cuando Bonifacio VIII autorizó su fundación cerca de la iglesia de Santa María de la Antigua.

A finales del s. XVI se amplió el monasterio, debido al aumento del número de profesiones.

En julio de 1795, huyendo de los franceses, las religiosas se vieron obligadas a abandonar el monasterio, acudiendo a Berberana (Burgos). El día 5 de agosto se hizo pública la paz en Vitoria y, a los dos días, las monjas regresaron a casa. Con motivo de la Guerra de la Independencia, nuestras hermanas tuvieron que huir, una vez más.

Durante la Primera Guerra Carlista vinieron a vivir con nosotras las religiosas de Vitoria. Años más tarde, la Desamortización obligó a nuestras antepasadas a abandonar de nuevo el monasterio para salir a pedir limosna, ya que el Gobierno incautó todos nuestros bienes.

Se fueron sucediendo generaciones hasta que en 2003, quedando nueve hermanas, se trasladaron al Monasterio de San Antonio de Vitoria, cerrando así el de Orduña hasta que volvimos en octubre de 2020.

A todos aquellos que nos ayudan reciban todo nuestro afecto, de corazón, y la seguridad de que encomendamos sus necesidades e intenciones cada día ante el Señor.