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Oración franciscana por la paz en Tierra Santa

La Hermandad Franciscana del Santísimo Cristo de la Humildad de Salamanca invita a comunidades contemplativas, laicos y religiosos a participar en la Cadena de Oración Franciscana, que trata de unir a todos los conventos de clausura de las hijas de San Francisco y Santa Clara, en un tiempo oración por los más de 360 millones de cristianos perseguidos en el mundo por defender nuestra fe, y por todos los hombres que sufren violencia.

Esta oración se realizará el Sábado de Pasión, día 1 de abril a las 22:00, momento en que estará saliendo de la iglesia de los capuchinos de Salamanca nuestra marcha penitencial, austera y humilde con el Cristo de la Humildad, el de San Damián y el de la Fraternidad Franciscana.

 

Oración por la paz y los cristianos perseguidos

      Alabado seas, Cristo Redentor.

       Hermano de bondad, que nos enviaste tú Espíritu de amor para extenderlo fraternalmente por este mundo terrenal, en el que venciste a la muerte con la luz de tu gloriosa Resurrección.

       Te pedimos, como lo hacemos siempre, por Tierra Santa, por esos lugares en los que tú, hecho uno de los nuestros, nos anunciaste tu reino de paz y amor como camino hacia la eternidad.

       Que tu luz reconforte a nuestros hermanos en la fe, perseguidos por tu causa, y que perdones y nos ayudes a perdonar a sus perseguidores, porque no saben lo que hacen.

       Así mismo Padre, te pedimos por todas las hermanas que, entregadas a ti en la clausura, cultivan la oración como simiente inigualable en tu corazón amado, y por todos los franciscanos del mundo, para que, siguiendo el ejemplo del Pobre de Asís, continúen vivificando su misión de entrega y amor por toda la tierra.

       Te pedimos que esta luz que encendemos como símbolo de nuestra fe y de tu resurrección, aliente nuestros corazones, hoy presos de turbación ante la pandemia del coronavirus y las guerras de Siria y Ucrania. Fortalece Señor a los afectados y a sus familias y por medio del amor eterno que brota de tu corazón divino, sigue mostrándonos el camino de la conversión.  

      Amén

      

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