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Oraciones con la Corona de Adviento

Compartimos a quienes en Adviento se quieran unir a nuestra liturgia, las oraciones que rezamos al encender las velas de la Corona de Adviento


Comunidad de Hermanas Cistercienses

Monasterio de Santa María de Armenteira

Comenzamos el Nuevo Año Litúrgico con el tiempo de Adviento que nos prepara para vivir en profundidad la Navidad.

La corona de Adviento expresa la circularidad de Dios, que no tiene ni principio ni fin. Eso mismo simbolizaba la rueda para los medievales y los rosetones de las iglesias donde podemos contemplar claramente la eternidad de Dios.

Cada uno de cuatro domingos de Adviento, encenderemos una vela de nuestra corona. Cada una con el color que simboliza un aspecto concreto de esta liturgia de espera y esperanza hasta el Nacimiento de Cristo. Compartimos con vosotros nuestras oraciones de Adviento para quienes se quieran unir a nuestra liturgia durante estos días.

I Domingo de Adviento
La vela morada significa vigilancia

Si todo tu interior guarda el silencio de medianoche, entonces del trono del Padre, la Palabra todopoderosa descenderá secretamente a ti. En la soledad más recóndita de tu alma acallada, oirás no solo la voz del Verbo, sino al Verbo mismo, no solo a Juan, sino a Jesús. Vigilemos y escuchemos lo que nos clama la voz del Verbo, a fin de que un día podamos pasar de la voz al mismo Verbo.

Guerrico de Igny, Sermón IV de Adviento

II Domingo de Adviento
La vela verde significa esperanza

Jesucristo viene del corazón del Padre al seno de la Virgen Madre. Viene desde el ápice de los cielos a las regiones más profundas de la tierra. Viene a ti y en ti. Espera y guarda su Palabra y ella te guardará a ti. El Hijo vendrá junto con el Padre hasta ti. Vendrá Aquel que todo lo hace nuevo.

San Bernardo de Claraval, Sermones I, III, V de Adviento

III Domingo de Adviento
La vela rosa significa alegría

Alegrémonos y corramos tras el olor de sus perfumes, con los que fue ungido Cristo; corramos alegres con María llevando al Creador en nuestro seno; alégrate y goza Jerusalén que llega tu luz. Aquella luz que estaba en el mundo desde el principio y que el mundo no reconoció.

Elredo de Rieval, Sermón  de Adviento

IV Domingo de Adviento
La vela blanca significa plenitud

«Cerca está el Señor de los que lo invocan”, apresurémonos hacia el Pesebre del Señor cuanto nos sea posible. ¡María, pronto nacerá el fruto de tu vientre!. En Belén nacerá la Fuente y correrán las aguas por todo el mundo. Un río de gracia y plenitud fluye por doquier, bordeando la redondez de la tierra, entra en el paraíso. Esta agua es dulce y llega envuelta en pañales. Este Niño recién nacido crea una nueva estrella en los cielos, el sol que nace cada mañana.

San Gregorio de Nisa, Discurso sobre el bautismo

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