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Agustinas Canónigas de Santa Dorotea

NACIMIENTO DE LA ORDEN DE SAN AGUSTÍN

El nacimiento de la Orden de San Agustín se remonta al año 1243, año en el que el papa Inocencio IV crea una nueva Orden Mendicante, que sería la tercera después de los franciscanos y dominicos, para profesar “la regla y el género de vida del bienaventurado Agustín”.

Como las demás órdenes mendicantes, tiene una rama masculina (frailes agustinos) y otra femenina (las hermanas o sorelas agustinas). A éstas se las ha denominado Segunda Orden Agustina, si bien en la actualidad son conocidas como Agustinas de Vida Contemplativa.

Las hermanas agustinas buscaron un equilibrio entre la vida activa y la contemplativa, oración, ayudar al prójimo y anunciar la buena nueva de Dios. En muchos conventos se acogió a enfermos, jóvenes aspirantes y peregrinos.

CAMBIOS INTRODUCIDOS EN EL CONCILIO DE TRENTO Y EN EL CONCILIO VATICANO II

El Concilio de Trento impuso una clausura estricta para todos los monasterios de religiosas, por lo que las agustinas abandonaron la poca vida activa que tenían para dedicarse totalmente a la contemplación, dejando así para los frailes la tarea de un apostolado más intenso.

En cambio el Concilio Vaticano II permitió a las órdenes mendicantes femeninas desarrollar un apostolado, posibilitando incluso la salida del monasterio para poder realizar dicha labor.

1. ORGANIZACIÓN INTERNA

Tienen una madre Priora, llamada también en algunos casos Abadesa, y están bajo la obediencia del padre General de la Orden de los Agustinos.

2. RELIGIOSAS MONIALES VS RELIGIOSAS CANONESAS

En el siglo VIII ya se distinguía claramente entre religiosas “moniales” (monjas) en un sentido de mayor aislamiento y clausura, con una Regla como la de San Benito, y “canonesas” dedicadas al servicio litúrgico y eclesial.

Durante la Edad Media estas comunidades femeninas tuvieron un intenso desarrollo y florecimiento. Al igual que los clérigos de vida común (Canónigos Regulares) adoptaron la Regla de San Agustín y, a partir del Sínodo Romano de Letrán en 1059, bajo el Pontificado de Nicolás II, la antigua Orden Canonical se revitalizó bajo la creciente influencia de la Regla Agustiniana, haciéndolo también las comunidades femeninas, apareciendo, así, las Agustinas Canónigas.

3. IDEARIO

El ideario de las Canonesas o Agustinas Canónigas se expresa a través de cuatro aspectos básicos:

– La oración.

– La actividad litúrgica.

– La fraternidad, aspecto muy destacado en la Regla de San Agustín que manifiesta el amor mutuo, el espíritu eclesial y la diocesaneidad, al punto de que la vida de las Agustinas Canónigas está muy enraizada en la Iglesia local, porque nacieron para el servicio de las Iglesias particulares.

– La santificación, centrada en la labor apostólica, misionera evangelizadora de la Iglesia.

4. HÁBITO

Tienen una madre Priora, llamada también en algunos casos Abadesa, y están bajo la obediencia del padre General de la Orden de los Agustinos.