ORIGEN DE LA ORDEN DE LA MERCED
“Dios, Padre de misericordia, ha visitado y redimido a los hombres, ofreciéndoles por Jesucristo el don de su amistad y enriqueciéndolos con la libertad de hijos. De modo semejante ha querido suscitar en la Iglesia hombres y mujeres que, guiados por el espíritu redentor de Jesucristo, visiten y liberen a los cristianos que, por circunstancias adversas a la dignidad de la persona humana, se encuentran en peligro de perder su fe”.
Para llevar a cabo esta misión, impulsado por el amor de Cristo, inspirado por la Virgen María y respondiendo a las necesidades de la Iglesia, el 10 de agosto de 1218, san Pedro Nolasco fundó en Barcelona la Orden de la Virgen María de la Merced de la redención de los cautivos, con la participación del rey Jaime de Aragón y ante el obispo de la ciudad, Berenguer de Palou.
Por la confirmación del Papa Gregorio IX, el 17 de enero de 1235, la Iglesia testificó la acción del Espíritu Santo en la fundación de la Orden; la ratificó en la práctica de la regla de San Agustín; le dio carácter universal incorporándola plenamente a su vida y sancionó su obra como misión en el pueblo de Dios.”(COM 1-2)
El día 8 de Mayo de 1603 nace la Rama Descalza de la Orden Mercedaria con la idea de volver a una austeridad y sencillez de vida, perdida a través de los años, haciendo de la contemplación y la oración el fundamento de la nueva vida.
La nueva Orden Mercedaria, separada de la Orden Mercedaria, redención de los cautivos, fue aprobada por el Papa Gregoria XV en un Breve del año 1621
ESPIRITUALIDAD
La Orden es un Instituto clerical de derecho pontificio que orgánicamente se compone de religiosos, clérigos y no clérigos, que se consagran a Dios y al servicio de la Iglesia solemnemente por los tres votos comunes de perfección evangélica, añadiendo uno especial en virtud del cual el mercedario promete dar la vida, como Cristo la dio por nosotros, si fuere necesario, para salvar al cristiano que se halla en extremo peligro de perder la Fe, en las nuevas formas de cautividad.
Goza de propia autonomía para un servicio más universal y eficaz al Reino de Dios, en el que todos los hermanos participan, aunque de diversas formas, según la variedad de vocación; participan de iguales derechos y deberes a norma de estas Constituciones; llevan como signo de consagración el hábito y calzado tradicionales.
El título oficial de la Orden es: “Orden de Descalzos de Nuestra Señora de la Merced, Redención de Cautivos Cristianos”, o en su forma abreviada: “Padres Mercedarios Descalzos”; y después del nombre del religioso, las siglas: O.M.D.” ( Constituciones, n.13).
“Nuestra Orden se eleva y constituye primordialmente sobre el fundamento de la caridad como una verdadera sociedad en la Iglesia de Cristo, que tiene por Padre a Dios, por hermano a Cristo y por madre a la Iglesia, en la que la muchedumbre de los creyentes tiene un corazón y una sola alma (Hech 4,32). Intenta realizar en sí misma en toda su plenitud los consejos de perfección mediante la práctica de una perfecta vida común, expresada y fomentada por la unión fraterna y el don de la vida religiosa, asociando su mente y sus fuerzas a todos los operarios evangélicos, cuya misión es extender el Reino de Dios; pero de modo más directo con todas las fraternidades mercedarias que sienten y viven del mismo anhelo de la caridad redentora del santo Fundador” (Constituciones, n.14).
“Es característico de nuestra Recolección ser contemplativa y activa, de modo que ambos aspectos se integran armónicamente y se complementan, pues la contemplación y la acción son en la Iglesia manifestaciones vitales del mismo amor: “Nadie debe ser tan ocioso que en el mismo ocio no piense en la utilidad del prójimo, ni tan activo que no busque la contemplación de Dios”.
Así pues, toda la vida religiosa de los miembros de la Orden ha de estar saturada de espíritu apostólico y toda su acción apostólica ha de estar animada por el espíritu religioso.
Todos los miembros de la comunidad se ayudan mutuamente en la acción y en la contemplación” (Constituciones, n. 21).