El pasado 12 de octubre, las hermanas Laura y María hacían su primera profesión en el Monasterio de la Conversión de hermanas Agustinas, dentro de la Orden de San Agustín. Nos cuentan cómo han vivido este paso de Gracia por sus vidas.
Hnas. Laura y María
Agustinas – Orden de San Agustín
Monasterio de la Conversión
Sotillo de la Adrada (Ávila)
El versículo de la Escritura que nos ha acompañado durante el tiempo de preparación y en el día de la profesión ha sido: “Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo” del Evangelio de Lucas. Es el saludo del Ángel Gabriel a la llena de Gracia, a la que se ha hecho capacidad para acoger a Dios en su vida. Es la que ha ensanchado su tienda, su casa y es elegida para ser templo, hogar. Ella, por la Gracia y la Acción del Espíritu Santo, puede decir “Hágase” porque antes había acogido el “Hágase” de Dios en su vida y se sabe amada tal y como es, en su pequeñez y en sus límites, en su ser mujer, en su capacidad de amar. Por eso puede acoger la Gracia, entregarse al plan de Dios. Puede por ello hacerse Eucaristía porque en ella habita el que se ha hecho Pan para la salvación de todos.
Nosotras deseamos y vislumbramos que la consagración tiene que ver con esto: hacerse capacidad para que Él habite en nosotras y ser casa para tantos y tantas que vienen y desean ser acogidos; para dejarle a Él ser en nosotras, como Él lo dice en Jn 14, 23:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él».
Jn 14, 23
Por eso queremos compartir con vosotros la Acción de gracias que hemos escrito para la profesión.
“Proclamamos tu grandeza Señor, porque en nuestra pequeñez has hecho maravillas. Nuestro espíritu se alegra porque has amado nuestra debilidad y en ella nos devuelves la Vida.
Unidas a esta gran familia aquí presente alabamos la inmensidad de tu obra. Tu nombre es santo.
Te alabamos por tu presencia constante y discreta en nuestra historia:
Has respetado nuestro tiempo y te has mantenido con fidelidad a nuestro lado.
Te bendecimos porque eres fiel a tu promesa. A pesar de nuestras caídas, te abajas para levantarnos siempre.
Te damos gracias por la Eucaristía, en ella te quedaste con nosotros, nos haces vida de tu vida y nos habitas para dar tu vida al mundo.
Reconocemos, Padre, tu presencia en nuestras familias. En ellos se produjo el primer “Hágase” de nuestras vidas. En ellos nos has custodiado, nos has cuidado y nos has hecho hijas y hermanas amadas.
Te bendecimos, Señor, porque nos has regalado esta comunidad de hermanas en la que nos entregamos de forma fraterna buscando tu rostro en la Orden de San Agustín. Gracias por nuestra Fraternidad de Laicos, que caminan con nosotras con tanto cariño.
Te damos gracias por todas las personas que has puesto en nuestro camino y que han iluminado nuestros pasos señalándote a Ti. ¡Tanta gente, Señor! Tantos nombres por los que dar las gracias…
Por la amistad, Señor, te alabamos con inmensa gratitud, en cada amigo tú nos has dado un tesoro que custodiar.
Gracias por la misión que nos encomiendas cada día.
Hoy nos alegramos llenas de tu gracia y te agradecemos la presencia de todos los que comparten esta celebración con nosotras. Que podamos todos vivir con la gracia en tu presencia”.
Hermanas Laura y María
Os dejamos el enlace de la celebración: