La vida contemplativa de las monjas cartujas se fundamenta en el silencio y la soledad. En España solo contamos con una comunidad femenina: la Cartuja de Benifasar.
El monasterio cartujano de Benifasar se encuentra en el corazón del Parque Natural de la Tinença de Benifasar, en la provincia de Castellón y resulte quizás poco conocido, aunque es relevante por acoger la primera y única cartuja femenina de España, que mantiene su vida de comunidad desde 1967 y es una de las cinco comunidades de monjas cartujanas que existen actualmente en el mundo. En los dos últimos años se han difundido algunas noticias sobre su cierre, pero lo cierto es que la Cartuja de Santa María de Benifasar sigue funcionando y cuenta con el apoya estrecho de la Orden, que se concreta principalmente con un hermanamiento con la Cartuja de Nonenque, que está al sur de Francia y supervisa su funcionamiento, aportando también medios humanos con hermanas de apoyo.
Acompañamiento y ayuda
Desde la Fundación DeClausura estamos desde hace varios años muy en contacto con la comunidad de Benifasar. Hemos contribuido en la solución de algunas de sus necesidades canalizando y mandando donaciones, así como también prestando apoyo por medio de la orientación, acompañamiento y soporte jurídico en temas complejos que requerían ayuda. De este modo hemos materializado nuestra vocación de ayuda a las comunidades en todo aquello que necesiten, no solo en los aspectos económicos.
A raíz de esta relación estrecha que se ha ido creando, fuimos invitados este verano a asistir y participar en sus reuniones de trabajo. Para nosotros acudir a la cita, visitar Benifasar y participar estrechamente en su trabajo fue un honor. Resultó un encuentro de tres días, en el que pudimos conocer a la comunidad y el lugar, admirar la belleza espectacular de su enclave natural, pues es posiblemente el monasterio en España que está más rodeado de naturaleza.
Nos esperaban con alegría y la acogida fue muy cercana por parte de todos, desde el Padre Alejandro que es el capellán, Madre Cristina, la superiora, con quien tanto habíamos hablado, y Vicente y su esposa María Jesús que trabajan allí. Para el encuentro acudieron también el Padre Jacques Dupont, que es el visitador general de la orden y desde la Cartuja de Nonenque venían Sor Maria Laetitia, la superiora, y Sor María Stella, la maestra de novicias con quien hemos tratado mucho también. Fue muy grato encontrarnos y conocernos. Nos permitieron participar y vivir su liturgia de oración cartujana, que se ha mantenido casi invariable desde hace siglos, todo un tesoro.
Son tiempos estimulantes
Podríamos calificar los tiempos actuales como difíciles, pero quizás sea mejor decir que son estimulantes, en el sentido que nos llevan a no estar parados, a afrontar los retos y desafíos que se presentan con empeño, buscando la unión de fuerzas, caminar en esa sinodalidad que promueve el Papa Francisco, la palabra sínodo proviene del griego y significa “caminando juntos en el mismo camino”.
Desde DeClausura nos sentimos alineados en ese sentido sinodal, del que os hacemos a todos partícipes queridos colaboradores y seguidores de la Fundación, pues sin vosotros y vuestro apoyo todo lo que hacemos no sería posible.
La Chartreuse
Ha pasado mucho tiempo desde el año 1084, cuando San Bruno se retiró con seis compañeros a vivir una vida intensa de oración en medio de la naturaleza, en un lugar muy apartado conocido como Chartreuse, que les cedió el obispo Hugo de Grenoble. Así dio comienzo la orden de la Chartreuse, de la Cartuja en castellano, aunque el objetivo inicial de San Bruno no era fundar una nueva orden religiosa, su modelo generó numerosos imitadores.
Las Constituciones se redactaron en 1127 por Guigo, quinto prior de la Chartreuse. La orden cartujana prioriza la vida contemplativa, el silencio y la soledad, restringiendo al máximo los contactos con el exterior.
En España la primera fundación se produjo en 1163 con la Cartuja de Scala Dei en la provincia de Tarragona, llegando en el siglo XVII a haber 21 monasterios cartujanos. En el siglo XIX la situación política obligó a varias exclaustraciones, siendo en 1835 y 1836 las definitivas con Mendizabal, obligando el cierre de todas las cartujas del país.
En 1880 fue posible la primera reapertura con la Cartuja de Santa María de Miraflores en Burgos, que supuso el inició la restauración de la orden en España. Actualmente existen en nuestro país cuatro monasterios cartujanos, el ya mencionado de Miraflores, la Cartuja de Porta Coeli en la provincia de Valencia, la Cartuja de Montalegre en la provincia de Barcelona y la Cartuja femenina de Santa María de Benifasar en la provincia de Castellón. Lo que demuestra cómo la historia sigue viva, el pasado se encuentra con el presente y se desdibujan las fronteras del tiempo.
Saber más de las Monjas cartujas
Si queréis conocer más sobre las monjas cartujanas y su estilo de vida podéis ver el siguiente vídeo:
Que Belleza, reflejo de la de Dios!!!
gracias por estar ahí,por vuestras oraciones que tanto nos ayudan y. vuestra valentía y entrega