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Volvemos a Bélgica a estudiar el lenguaje de signos monásticos

Profundizamos en el lenguaje de signos monásticos con un nuevo viaje de trabajo a Bélgica, para seguir estudiando el Patrimonio Cultural Inmaterial de los monasterios. 

Por Cecilia Cózar
Fundación DeClausura

Desde que empezamos a estudiar el Patrimonio Cultural Inmaterial vinculado a la vida monástica sabemos que su dimensión europea es algo fundamental, pues los aspectos que componen dicho patrimonio trascienden la dimensión y el alcance nacional.  

En 2019 iniciamos contactos con contrapartes europeas para compartir conocimientos y proyectos. En 2021 realizamos el primer viaje de trabajo a Bélgica en 2021, para visitar a la contraparte local PARCUM, gracias al apoyo financiero que brindaba la Comisión Europea por medio de la plataforma i-Portunus y la iniciativa de Europa Creativa, que promovían la movilidad de profesionales de la cultura.  

PARCUM es un museo reconocido por el gobierno flamenco y un centro de experiencia en arte y cultura religiosa. Los frutos de ese primer viaje nos permitieron seguir profundizando en el estudio del Patrimonio Cultural Inmaterial de la vida monástica desde una visión más amplia y completa. Siendo necesario reunirnos para seguir avanzando, este año hemos vuelto a Bélgica invitados por PARCUM, para realizar seis días de trabajo visitando comunidades allí, con el objetivo esta vez de conocer mejor el uso del lenguaje de signos monástico. 

El lenguaje de signos monásticos

El lenguaje de signos monásticos representa una parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la vida contemplativa. Es una realidad muy poco conocida, aunque su existencia se remonta muy atrás en el tiempo. Existen testimonios escritos del siglo XI que atestiguan su intenso uso por los benedictinos de Cluny, que dentro del monasterio guardaban un silencio prácticamente absoluto y para comunicarse debían hacerlo empleando un sistema de signos y señas. Hasta ahora los datos que teníamos es que las comunidades benedictinas lo dejaron de usar tras la desamortización y que las comunidades cistercienses de Estricta Observancia (trapenses) lo mantuvieron hasta los años 70, en este caso todavía hay monjes y monjas mayores que lo conocen, pues lo usaron de forma habitual en su día a día durante sus primeros años en el monasterio. 

Gracias a este último viaje de trabajo a Bélgica y a la labor de investigación de Julie Aerts en PARCUM, hemos podido comprobar que existía un lenguaje de signos en comunidades de hermanas clarisas, carmelitas y dentro de la rama masculina premostratense. Estas son las comunidades que visitamos, que nos explicaron y enseñaron cómo hacían para comunicarse sin hablar, usando señas: 

Hermanas Clarisas monasterio Zonnelied de Ostende, ciudad junto al mar del Norte.   

Abadía de monjas trapense de Nuestra Señora de Nazaret en Brecht, en la región de Amberes.

Volvimos a reunirnos allí con la Madre Katharina Michiels, que ya conocíamos y nos recordaba de la vez anterior.  

Abadía de monjas trapenses de Nuestra Señora de Klaarland (Priorij Onze-Lieve-Vrouw van Klaarland) en Lozen, Bocholt, una de las regiones más orientales de Bélgica.

Allí nos reunímos con la superiora Michaël Fornoville y con hermanas que habían usado el lenguaje de signos. 

Abadía de monjes premostratenses de Averbode, situada en Averbode que da nombre a la abadía, en la región Brabante Flamenco.  

Carmelo de Nuestra Señora de la Consolación de Vilvoorde, es una ciudad muy cercana a Bruselas.

La comunidad de hermanas carmelitas de Vilvoorde es la cuarta y última fundación del Beato Juan Soreth, erigido canónicamente el 11 de febrero de 1469, es la comunidad de monjas carmelitas más antigua que existe. 

Abadía benedictina de Keizersberg, en Lovaina.

Nos reuniumos con el profesor Dr. Thomas Quartier, OSB  

Hubo tiempo también para estudiar y consultar durante un día completo los archivos de KADOC, el Centro Interfacultativo de Documentación e Investigación sobre Religión, Cultura y Sociedad de la KU Leuven (Katholieke Universiteit te Leuven) – Universidad Católica de Lovaina. KADOC es un archivo y un centro internacional para el estudio de la interacción entre religión, cultura y sociedad. Preserva y divulga una impresionante colección de archivos, datos y patrimonio vinculados con la religión, la cultura y la sociedad en un contexto local, europeo e internacional. 

Tras días tan intensos de trabajo hemos recopilado gran cantidad de información, que estamos analizando y que permiten abrir nuevas líneas de estudios e investigación para profundizar, conocer y salvaguardar mejor todo este Patrimonio Cultural Inmaterial vinculado a la vida contemplativa. 

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