El Papa concedió a Don Alvaro una bula en el que se emitió el permiso para fundar un convento de la Orden de las franciscanas. En 1502 fueron asignados oficialmente las casas para el primer edificio del monasterio. A partir de ese momento comenzaron a establecerse algunas monjas que formaron la primera comunidad de monjas. En el verano de 1765 a causa de un rayo que arremetió la parte superior de la residencia, se produjo un incendio que pronto se expandió en gran parte del convento. Las monjas se refugiaron en el área de clausura y muchas personas llegaron a rescatarlos y para tratar de apagar el fuego. Se decidió de evacuar las monjas en el convento franciscano de Santa Inés. Los cuantiosos daños pudieron ser reparados, gracias a la generosidad de la nobleza local, en tan solo un año. En el siglo siguiente la comunidad sobrevivió a las desamortizaciones y al nuevo incendio que fue felizmente sofocado. En 1996, acoge a las pocas monjas que quedaban en el monasterio de santa Clara, que desaparece como tal, pasando a ser propiedad del Ayuntamiento y destinado a usos culturales. En la actualidad, el convento sobrevive realizando labores de encuadernación (en las que tienen gran tradición) y con la venta de dulces por ellas elaborados. Un largo muro delimita el edificio por la calle Águilas, con una sola portada, aunque más adelante se ve otra que fue cegada, a cuyo lado está la puerta que nos lleva al torno y al resto del convento. Un azulejo de san Pancracio se sitúa sobre la puerta tapiada. La portada principal es de estilo manierista, sobre dos sobrias columnas se apoya un dintel en el que dos ángeles sostienen una cartela que reza: ‘Santa María ora pro nobis. Se ren. Año de 1695’. Coronando la portada, en una hornacina, encontramos una escultura de la Virgen con el Niño, de la misma época.
La iglesia es de planta rectangular, con una sola nave, a la que accedemos a lado. No presenta capillas laterales y retablos adosados a los muros. Está dividida en el área pública y el área encerrada como las típicas iglesias pertenecientes a los conventos. La parte central muestra bóveda de cañón dividida en tramos adornados con motivos vegetales. El presbiterio dispone de bóveda de artesonado de madera realizado a fines del siglo XVI con adornos. Este convento como otros de la ciudad está decorado con retablos elaborados dedicados a los santos. El retablo principal que ocupa toda la pared del presbiterio está dedicada a Santa María de Jesús, de hecho, una maravillosa escultura del santo que cambia los pañales del niño Jesús, se coloca dentro de una hornacina decorada con columnas torcidas laterales y coronado por ángeles y una pequeña hornacina en la forma del templo. Todo esto se enmarca en muchas imágenes de santos y otras columnas torcidas de orden gigante. Los lados del presbiterio están cubiertos por un zócalo de azulejos mientras que la parte de arriba tiene murales en estado ruinoso. También hay otros retablos dedicados a otros santos que representan diversas escenas monásticas.
Dirección
Calle Águilas, 22
Sevilla -Sevilla
41003- España
Contacto
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Horario
Visitas: De 9:00 a 12:30 y de 16:30 a 19:00 MISAS: Laborables (invierno): 08:00 Festivos (invierno): 10:00 Laborables (verano): 10:00 Festivos (verano): 10:00
¿Hospedería?
Si
¿Tienda?
Si